Descripción
Esta encantadora vasija de 1938, con su distintiva base curva y grabados en espiral, es un verdadero testimonio de la artesanía de su época. A pesar de los detalles de rotura que añaden carácter a su historia, sigue siendo un objeto decorativo único que puede dar un toque especial a cualquier rincón de tu hogar. Ideal para exhibir flores secas o como pieza central en una mesa. Su diseño atemporal la convierte en una opción perfecta para los amantes de lo vintage.
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